Béziers es una ciudad que sorprende al visitante. El emplazamiento de su catedral en lo alto de una colina, visible desde lejana distancia, pone de manifiesto su importancia a lo largo de los años como enclave histórico. Una ciudad marcada en el tiempo por el paso de distintas culturas como la griega y la romana de las cuales ha heredado la tradición de la vid y los olivos. Villa donde el idioma predominante era el occitano: lengua romance en que los trovadores del municipio componían sus versos.
Sus nombres han dado origen a calles, festivales, esculturas y hoteles. Intelectuales que han influido en las sociedades de su época, en la música, la poesía y la política. Viajeros, a veces por obligación, otras por profesión y, en ocasiones, meramente, por disfrute.