La piel de un elefante / Elephant skin (Thailand)

¿SON DOMESTICABLES LOS ELEFANTES?

Las ocho de la mañana, suena el despertador y todos en pie sin titubear ni un segundo, pues estamos ansiosos por salir en  ruta, nos espera la jungla. Dispuestos a ir en busca de un lugar asequible para el desayuno, nos sorprendemos cuando en el hall de nuestro hostel nos informan de que el desayuno estaba incluido, y es que para nosotros nómadas con mochila, ese detalle era un lujo.

Divagamos un buen rato de qué hacer con las bicicletas alquiladas el día anterior, y también, con las mochilas, ya que nos ibámos 3 días de trekking a las montañas del Norte de Chiang Mai y no podíamos llevar todo nuestro equipaje encima. Bicis devueltas y mochilas en una especie de garito que la empresa subcontratada por la agencia dejaría cerrado durante esos días. Totalmente desconfiados hicimos fotos del local pues, éramos novatos en Tailandia, lo poco que sabíamos de sus gentes era lo que  habíamos leído en guías de viaje y lo que algunos amigos nos habían contado. Seguro que si nos robaban con esas fotos haríamos algo…

«Confianza es el sentimiento de poder creer a una persona, incluso cuando sabemos que mentiríamos en su lugar». Henry – Louis Mencken.

Patrol y comienza la aventura. Un total de 9 personas procedentes de JapónHong Kong, Boston y Londres (nosotros), somos transportados hacia las montañas. Copiloto (nuestro guía) y piloto, no arbitran palabra, por lo que la inquietud, al no saber que vendría después, se hizo aún mayor.

EL CAMPO DE ELEFANTES

Unas tres horas más tarde, llegamos a un campo de elefantes. Grandes animales, de color gris, con cara de bonachones nos llevarían a dar un paseo. Los elefantes estaban provistos de una especie de asientos diseñados para el turista, sujetos a su cuerpo con una cadena que unía sus patas y cola.  Su piel era tan áspera como una lija y estaba recubierta por unos pelitos muy finos, además, cuando abrazabas al animal podías sentir una conexión increíble, notabas que el elefante sabía que tú estabas ahí. Sus domadores, posicionados encima de la cabeza del mamífero, llevaban un gancho y cuando el animal se despistaba del camino o se detenía durante demasiado tiempo iban clavando el utensilio, profundizando la gruesa piel del elefante en el surco de una herida previamente abierta. Nosotras no queríamos ser partícipes de esa situación, e incluso, le llamamos la atención varias veces al domador,  pero, de repente, nos dimos cuenta de que no teníamos derecho de juzgar a aquellas personas, pues, no teníamos ni idea del tipo que sentimientos que el animal les inspiraba.

Acaso, ¿no podrían pensar ellos lo mismo de nosotros viéndonos en la plaza de toros, adiestrando caballos o cargando burros?

English Version – See more

Eight in the morning, the alarm was ringing and all of us we woke up at the moment because we were anxious to get out on the road, the jungle was waiting for us. Ready to look for an affordable place for having breakfast, we surprised ouselves when in the lobby of our hostel we realized that breakfast was included, and that detail for us,  backpacking nomads, was a luxury.

We were digressing for a while what to do with bikes we rented the day before, and also , with backpacks, as we were 3 days for mountains trekking in the North of Chiang Mai and we could not carry all our luggage all time. Bikes were returned and we left backpacks in a kind of joint that the company subcontracted by the agency, which would be closed during those days. We took pictures because we were novices in Thailand, how little we knew of the local people was what we had read in guide books and the things that some friends had told us. Surely, if we would been stolen by them, with those pictures we could do something …

» Confidence is the feeling that makes one believe a man, even when one knows that one would lie in his place.» Henry – Louis Mencken.

Patrol and the adventure began. A total of 9 people from Japan, Hong Kong, Boston and London (us), we were being transported into the mountains. Copilot (our guide) and driver didn’t say anything during the journey, so we were so excited and the feeling of do not knowing what would come next, became the excitation even greater.

FIELD OF ELEPHANTS

About three hours later, we arrived at a field of elephants. Large gray animals with a cute faces were ready for taking us for a ride . Elephants were provided with a kind of seats designed for the tourist, strapped to his body with a chain between their legs and their tails. Her skin was as rough as sandpaper and was covered with very fine hairs, besides, while you were hugging the animal you could feel, like an incredible connection, that the elephant knew that you were there. Their trainers, positioned above the head of the mammal, wore a hook and when the animal were clueless of the road or stopped for too long, they digging the utensil, perforing the thick skin of the elephant in the groove of a previously open wound. We did not want to take part of that situation, and even, we call the attention of the trainer several times, but suddenly, we realized that we had no right to judge those people, then we had no idea of the kind of feelings the animals inspired them .

Perhaps , could not they think the same of us seeing  us in the bullring, by training horses or in burros loading ?

Sara Cristina Espina

Sara Cristina Espina

Guía oficial de turismo del Principado de Asturias, Coofundadora de El Séptimo Viajero y escritora de viajes en "Travel To Happiness." "Guía intelectual en el sureste francés", primer trabajo como escritora de viajes en El Séptimo Viajero. Resido en distintos lugares del mundo, soy nómada y mi pasión es mi vicio, mi religión, mi motivación: viajar. Mi rumbo: la libertad. Soy una aprendiz viajera, alguien muy sociable que aprende de la experiencia ajena. Me interesa la diversidad cultural, me encanta la naturaleza y el deporte es mi forma de vida.

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My World Traveling Feet - 29 junio, 2014 Contestar

Que bonito sería que ese tipo de cosas no sucedieran en ningún lado, pero son parte de las respectivas culturas, son historias y tienen un motivo de ser. Buena enseñanza la de este post…no juzguemos, ya que ¿Quiénes somos nosotros para hacerlo? Gracias por compartirnos esta experiencia viajera

Iciar - 28 junio, 2014 Contestar

Muy buena reflexión y muy bonito post. Hace pensar. Aunque no se pueda evitar el sentimiento de pena, es verdad que nadie debería juzgar.
Saludotes y nos leemos!

Gaolga - 23 junio, 2014 Contestar

El desayuno incluido siempre es bienvenido 🙂

Y si tienes razón con la reflexión del domador de elefantes… son cosas que pueden ser incomprensibles en una cultura y en la otra algo de lo mas normal… puede que no estemos de acuerdo lo único que podemos hacer de nuestra parte es no hacerlo y cuando ya sabemos como va la cosa no apoyarlo… a veces es dificil 🙁

Saludos!

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