La luz de la bahía de Collioure y el colorido de las casas de sus habitantes, colocadas en estrechas y empinadas calles de piedra, han servido de inspiración para muchos artistas. La huella de los pintores Henri Matisse y André Derain ha quedado impregnada en la villa del sureste francés. Los dos artistas pasan el verano de 1905 realizando alrededor de unas 300 obras al aire libre por toda la población. Impregnan sus obras de sentimientos y juegan con las diferentes luces y sombras que se producen a diversas horas del día. Es el movimiento artístico conocido con el nombre de Fauvismo.