El impredecible viaje de la vida

Tomar la decisión de que asignaturas cursarás en el bachillerato son algunos de los importantes dilemas que a lo largo de tu vida, debes resolver.

Un paseo por el casco antiguo de Tarragona

En ese momento ya tienes ese símbolo de interrogación pisándote la cabeza. Si el bachiller tecnológico, el de ciencias o letras. Orientación escasa, por lo que emprendes multitud de charlas sobre qué te gustaría hacer en el futuro, con tus padres, tus amigos, los profesores y cualquier persona que a ello se tercie. Hay dos tipos de personas, por un lado están las que, desde la niñez saben perfectamente a qué se quieren dedicar pero, hay otras que, como a mí, nos cuesta decidir, incluso a día de hoy, saber hacia dónde queremos conducir nuestras vidas.

Titulitis

Al final, acabas haciendo un ciclo formativo de grado superior por miedo a no superar una carrera universitaria, una diplomatura porque el ciclo superior te supo a poco, un posgrado para especializarte y un máster porque el posgrado fue una pérdida de tiempo y de dinero. En el camino, la prueba de diversos puestos de trabajo como por ejemplo:

La venta de seguros de vida,  una constante aventura, tocas a un timbre, se abren las puertas de un nuevo escenario con actores de muy diversa índole, jóvenes inmaduros que buscan seguros de responsabilidad civil para sus animales salvajes, fachas que te cuentan lo racistas que son, ancianos que pierden al amor de su vida y  personas que se sienten solas y con necesidades de hablar. Un empleo que me ayudó a comunicarme abiertamente con el resto de la gente y, primordialmente, a aprender a escuchar a los otros.

Una canguro tiene que saber armar todo tipo de estrategias para dar a entender a los niños que la hora del parque está terminada. Desde ya llegan papá y mamá, hasta un luego se hace tarde y no te podré leer el cuento que te prometí; sobreponerse a los llantos en la terrible hora del baño y aguantar despierta la misma cinta de dibujos animados durante horas.

 No es tarea fácil la de la dependienta, sobre todo, si trabajas en una tienda donde el perfil de comprador es una persona ruda y maleducada, a la que no le importa absolutamente nada, destroza toda su sección, para después, no comprar, absolutamente nada, y, todo ello, 15 minutos antes del cierre de la tienda. En otras ocasiones, aterrizas en tiendas donde el propietario no es solo tu jefe/a, es tu compañero/a, te grita delante de los clientes y te manda arrastrar cajas con cunas de 30 kilos a un sótano, cuyas escaleras, pareciesen llevar a un bunker de la Guerra Civil. Para el propietario, cualquier minuto de respiro es un minuto en el que no estás haciendo nada o, mejor dicho, haces el vago. Como dependienta, aprendes mucha psicología y a solucionar conflictos. En el primer caso, nunca dejes al cliente caminar solo, le ofreces de forma insistente tus servicios y, en el segundo, asientes con la cabeza, te coges un trapo y limpias hasta los zócalos del suelo.

Doblar las cajas de los bombones de Nestle durante el turno de noche, ocho horas, en compañía de únicamente mujeres, llega a ser una tarea ardua y repetitiva donde acabas odiando a la compañera de la derecha por no poner el plástico con los huecos para los dulces y solo deseas que se atasque la máquina que envuelve las cajas de los bombones para que pase el técnico que, está buenísimo, a alegrarte la noche. Fin de la noche y llega el momento de traficar con paraguas de chocolate. Acabas llegando a tu casa con una bolsa llena de praline – grata recompensa-.

Inicio de las andanzas

Vas madurando, pasando esa etapa en la que pasas la noche fuera de casa, te vas con tu novio y no apareces en dos días. Llega el momento en que tras enviar varias solicitudes de empleo puedes creer que tus estudios han servido para algo. Un trabajo  en el que pasas numerosas horas, rodeada de los restos de animales que se extinguieron hace 65 millones de años, reptiles terrestres cuyos descendientes en la actualidad son las aves. Dias en un emplazamiento único en la costa de los dinosaurios que se extiende desde la ciudad de Gijón a  la población de Ribadesella. Un edificio con forma de huella tridáctila y dedos que acaban en garras formando una huella de terópodo: el Museo del Jurásico de Asturias.

Un empleo en el que conviví con compañeros que me hicieron mejor persona y que me ayudaron a guiar el camino de mi vida.muja bea Salir de una relación de siete años y mantenerse cuerda tras una dolorosa ruptura no es tarea sencilla, son los amigos, la familia y las personas que te  rodean los que te hacen más fuerte para superar esos obstáculos. Cuando consigues levantarte del suelo y ver con claridad, te das cuenta de lo hermosa que es la vida y de que los detalles más pequeños son los más bonitos.

Todo inicio tiene su fin, por lo que tras una temporada llena de episodios de diversos géneros, ─ vacas invadiendo el jardín del museo, ancianos enamorados que entraron en ambiente con la escena de la reproducción de los T-Rex, el Halloween en que los niños nos maltratron, las diversas apariciones en la TPA, la visita de los príncipes y la de la tribu de los participantes en el programa de televisión de perdidos en la ciudad− finalicé esta memorable etapa y empecé mis andanzas, lejos del verde de los montes y del negro de los minerales.

Let’s talk in English

decathlon

Competición de desmontaje de tiendas en Surrey Quays

Londres, una de las capitales de la cultura europea, me acogió durante unos diez meses, en los que probé suerte en el empleo como recepcionista, el cual conseguí al tercer día de mi llegada. Chelsea, la zona pija por excelencia de Londres, donde cada noche el capo de la droga me quería comprar como esclava sexual, Elle Macpherson se reunía con sus amigas, la embajada española se gastaba el dinero en cenas con trufa blanca, el encargado (ofrecía lazos matrimoniales todos los días) y los camareros se ponían hasta arriba de cocaína, el director se emborrachaba diariamente. Un trabajo rodeada de italianos, y lo que eso conlleva, que a pesar de no ser el mejor trabajo del mundo, me pago mi primer mes de estancia en una casa con 10 españoles más. Pero de todo se sale, Decathlon me dio la oportunidad de continuar en la ciudad, aprender inglés y vivir con la persona que se convirtió en mi mejor amiga, mi protectora, consejera, mi hermana mayor. El estar en un store durante demasiado tiempo no era el plan y se presentó la oportunidad de volver a mi casa, entre dinosaurios, durante los meses de verano. El tren solo pasa una vez y dio la casualidad de que estaba lista para cogerlo.

Barcelona a la vista

terra

Fiesta de San Juan en la azotea de mi edificio

Meses de verano en casa, viaje a Tailandia y nuevo hogar en Barcelona. Salté a la piscina, sumergiéndome bajo una relación, que desde el principio sabía que no tendría ningún futuro, pero, el que  no arriesga, no gana. Intenté entrar en el máster de periodismo de viajes, pero resultó no haber plazas. Trabajé de recepcionista en el restaurante CROM, y tras dos meses de duró trabajo con algunos buenos compañeros, lo único con lo que me pagaron fue con 600 euros, un disgustó muy grande, y un juicio que no sé cuando se celebrará.

Cogí al toro por los cuernos y comencé clases de catalán. Uno de aquellos días de enero, en mitad de la clase mi teléfono se iluminó por una llamada entrante. Se trató de la mejor noticia que había recibido tras varios meses de desastres: me habían dado una plaza en el Master de Periodismo de Viajes de la UAB. Se sucedieron diversos cambios al mismo tiempo, y es que, tal cual dicen mis amigos, los cambios siempre son para mejorar. Llegue a una casa nueva y allí conocí a mi familia adoptiva, donde la música reinaba todo el día. Un pequeño vecindario tras el palacio de la Virreina, y encima del mercado más famoso de Barcelona: la Boquería. Nuevos amigos que tardaron poco en presentarme sus sitios frecuentados, el Mariatchi, pequeño y colorido bar frecuentado por grandes artistas del talante de Manu Chao, donde, Oscar, mi proveedor de joyas argentino, comercializa sus reliquias fabricadas artesanalmente.

Llegó también el momento de desempeñar el rol de teleoperadora, muchas horas ante una pantalla de ordenador, con un pinganillo en la oreja y engañando a personas que tan solo querían hablar con empleados del restaurante donde querían reservar. Muy listo el Jorge Sanz con su empresa Tecnoproda, apoderándose de dominios con buen posicionamiento en Google, como restaurantes Barcelona, restaurantes Valencia, restaurantes Asturias, Restaurantes Madrid, así con cada una de las comunidades autónomas del país; haciendo creer a los usuarios que el número que marcan es del restaurante y no el de una centralita ajena y poniendo un servicio de reservas a través de whatsapp, que, frecuentemente, el restaurador desconoce.

Solo un consejo a los restauradores: ¡¡no se dejen embaucar!!.

Fuera jornadas laborables y de estudio interminables, se terminó el engañar a las personas y se inició un nuevo periodo, retomando el contacto con el público, que en realidad es mi mejor faceta. Camarera, en un local ceca del piruli de colores de la Plaza de Les Glories, Torre Agbar. Inauguración del restaurante, pero tras la corta vida de cuatro meses del restaurante las previsiones fallan.

Retos de futuro

septimo

Presentación del anteproyecto de El Séptimo Viajero

Se abren las puertas de la calle, se rompe una relación, la barbilla y se llega a un piso donde las chinches te devoran. ¿Qué más puede suceder? Pues solamente cosas buenas, conoces a gente maravillosa con la que emprendes proyectos de futuro, El Séptimo Viajero, Paula, Bloggers BCN.

Ahora soy una persona sin hogar, sin novio, sin asalariar,  pero feliz, muchos sitios por recorrer, una carrera profesional en desarrollo, una familia que me quiere, muchos amigos que me apoyan y un futuro que, seguro, nuevamente me va a sorprender.

<<El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad>>. Victor Hugo

SARA CRISTINA ESPINA GONZÁLEZ

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Sara Cristina Espina

Guía oficial de turismo del Principado de Asturias, Coofundadora de El Séptimo Viajero y escritora de viajes en "Travel To Happiness." "Guía intelectual en el sureste francés", primer trabajo como escritora de viajes en El Séptimo Viajero. Resido en distintos lugares del mundo, soy nómada y mi pasión es mi vicio, mi religión, mi motivación: viajar. Mi rumbo: la libertad. Soy una aprendiz viajera, alguien muy sociable que aprende de la experiencia ajena. Me interesa la diversidad cultural, me encanta la naturaleza y el deporte es mi forma de vida.

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